
Al atardecer y al anochecer me siento en la orilla y dejo que las olas mojen mis pies. Solo estoy yo en esta playa, qué maravilla, qué tranquilidad. Mis pensamientos y mis sentimientos flujen con la brisa y el romper de las olas. Ahora es el momento de pensar, de escribir y de poner un poco de orden en mi vida.

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